CAMINO DE MUXIA Y FISTERRA . ETAPA 16 : MUXIA - FISTERRA

De Muxía a Fisterra


Amanece en Muxía, la noche ha estado de tormenta y de vez en cuando sonaban truenos y se oía caer la lluvia.
 


Los peregrinos ya se están marchando, otros esperan la hora para coger el autobús.


María todavía duerme, mientras tanto yo hablo con un matrimonio que me cuentan que tienen todo el cuerpo lleno de picaduras, del anterior albergue.



Dejé descansar un rato más a María y por fin la desperté, después del aseo matinal llevamos todo a las bicis. Pasamos por el salón de descanso.


Tuve que subir las bicis por las escaleras pues la puerta de abajo estaba cerrada, como estaban descargadas las subí con menos esfuerzo.



Por fin tenemos las bicis listas para empezar la etapa, el día está como el anterior, nubes amenazantes.




Bajamos la empinada cuesta que nos lleva directamente al paseo marítimo.



Paramos un rato a disfrutar de este lugar desde donde se ven montañas y mar.



Si hay algo que no pasa desapercibido en Muxía son las gaviotas, se pasan todo el día piando con un ruido estridente que termina por cansarte, además tienen todos los tejados hechos polvo.



A pesar de las gaviotas, Muxía es un pueblo tranquilo.




En el parque, esta estatua grabada en un tronco de un árbol.



Nos ponemos en marcha, caen unas gotas, al fondo en las montañas está muy oscuro. Ya veremos



Decimos adiós al pequeño peregrino de piedra que vimos al entrar al pueblo.


Ultima foto de la bahía de Muxía con la luz del sol entrando por los huecos de las nubes.



Comenzamos la subida, que tan alegremente bajamos el día anterior.



María en frio se aleja con facilidad, yo necesito calentar y con este frio lo tengo más difícil.



Estoy a punto de pasar de7% al 10 %, María cada vez me saca más, pero yo subo a mi ritmo, y con mis molestias en el trasero.



María al fondo, creo que está cerca de coronar esta subida.



Una mirada atrás para ver lo que hemos subido.




Por fin arriba, ahora toca bajar aunque esto dura poco.




Pronto llegaríamos a este pueblo, al fondo el bosque de eucaliptus.




Horreo en el pueblo.



La carretera sin tráfico y con buen arcén, pero estamos en Galicia y tan pronto subimos como bajamos.




Llegamos al siguiente pueblo, este en un alto.




María subiendo la ultima rampa para entrar en el pueblo.




Espectadores a nuestro paso.




María junto a las flores que tanto le gustan.




Bonitas hortensias, las encontraras en cualquier punto de Galicia.




Parece que el día se esta despejando de nubes.




El siguiente tramo es un regalo para el olfato, con las lluvias de anoche aumenta en olor a eucaliptus.




Llegamos al siguiente pueblo.




Horreo grande en el centro del pueblo.




Comimos en los escalones de este cruceiro, mientas comíamos se acerco un hombre y nos dijo que si queríamos ver la vaca, le dijimos que no, bueno cada loco con su tema, mirar tengo la vaca en el corral venir a verla, no señor no nos interesa su vaca.




Dejamos este pueblo con un nombre cuanto menos curioso.




Seguimos los bosques de eucaliptus.




Paramos en la fuente a llenar las garrafas.




Bonita entrada en CEE, al fondo vemos otra vez el mar.




Por la calle principal.




Antes de terminar CEE comienza CORCUBIÓN, probablemente sea este en trayecto más cercano entre pueblo y pueblo.




María en el paseo marítimo.




Aquí estamos al lado del mar, al fondo Cee.




Nos sentamos en esta terraza a tomar algo y disfrutar de las vistas, pero a los dos minutos llego esta furgoneta y nos quito la visión.




Desde Corcubión se sale en cuesta arriba, a mitad de la cuesta las rampas son más duras, luego afloja un poco.




Nos acercamos al siguiente pueblo.




Pasamos el camping de Fisterra, aunque aún faltaban muchos km.



Entramos en el término de Fisterra.




Poste en el camino, comienza la resta del diez.




María al fondo en Sardiñeiro.




Este pueblo ha crecido a ambos lados de la carretera y se hace pesado pasarlo.




Dejamos atrás este pueblo, con otra subida de esas que hay en Galicia.



Seguimos subiendo.




Foto hecha desde arriba al fondo la playa de Sardiñeiro.




En este punto cruza el camino, lástima que con las hemorroides no pueda hacer este bonito camino.




Nos acercamos a final de la cuesta.




Por primera vez vemos Fisterra.




Paramos en un mirador donde la gente se detiene para hacer fotos y una pareja nos hizo varias.




Al salir el camino cruza la carretera.




Uno de los mojones más bonitos del camino, fijaros en el azul del mar tan transparente.



El siguiente mojón.




María en la estrecha carreterilla que conduce a los peregrinos al camino empedrado.


 


Llegamos a la playa, el día se ha quedado con un sol que invita a darse un baño.



María pasando el puente de madera.




El camino empedrado recorre la playa de langosteira.




Nos acercamos al pueblo al fondo los primeros bares de playa.




Estamos cada vez más cerca de Fisterra.




María empujando la dura rampa, en ese momento se me salió la cadena y casi me di un tortazo.




Me paré a ponerla pero no era la cadena, sino el cambio que se había roto y al romperse la cadena se metió entre los radios. Pasé al bar y me dejaron unos destornilladores grandes, estuve un buen rato intentando sacar la cadena, al final tuve que entrar en Fisterra empujando la bici, un señor muy amable me acompaño al taller mecánico. Cuando llegamos estaba cerrado.




María se había ido al albergue a coger cama, pero estamos gafados, sólo había una cama, nos mandaron a uno nuevo y aquí si había camas, lo malo es que durante el día las bicis se quedan en la calle. Después de ducharnos nos fuimos a comer.




Esta sí que es un buen ancla para frenar la bici en las bajadas.




Aquí tenéis al peregrino más feo del camino.




Cartel de tienda.




En este pueblo todo esta relacionado con el camino y las vieiras.




Desde allí nos fuimos al taller mecánico, pues habíamos quedado a las 6, no tenían el cambio para 9 velocidades y me puso uno de 7 para que pudiera continuar el camino. Bueno ahora sólo tenía 21 velocidades.



Aquí estoy con el mecánico, con la bici arreglada ya podía subir al faro.



Nos fuimos a la playa y de camino paramos en el cruceiro.




María mirando la playa Langosteira. Parece mentira desde Saint Jean al otro lado de los Pirineos y ahora aquí a escasos metros del mar.




Aquí estamos en la playa Langosteira.




Me entretuve en hacer un mapa de España y una flecha de vieiras.




Bueno llego la hora de partir.




Albergue de la Paz, como veis las bicis están atadas en la puerta, aunque a la hora de cerrar se meten todas en el albergue.




María en el albergue, nos toco la habitación de la primera planta.




Para no andar tarde nos fuimos para el faro, pasamos junto al penúltimo cruceiro del camino.




Estatua peregrina.




El último cruceiro del camino.



Puestos de recuerdos del faro.




María llegando al faro.





Hemos recorrido muchos km hasta que por fín estamos en el km 0,00.



Puesta de sol en Fisterra.




Aquí estamos viendo la puesta de sol.




Juntos vimos como poco a poco se escondía el sol. El mar y el cielo se tiñen de tonos naranjas y rojizos, ¡impresionante!




Todos los peregrinos de vuelta al pueblo, María bajando la rampa de piedras.


Se hizo de noche en la bajada, menos mal que todo el mundo bajaba despacio y respetando tanto a los peregrinos de a pie como a los que íbamos en bici.




Por fin la merecida mariscada en Fisterra.



De vuelta al albergue pasamos por el mirador y vimos el mar por última vez, después a las 12 metimos las bicis en el hall del albergue y a dormir, mañana madrugaremos bastante para coger el autobús.